La Generación Perdida

400x180cm. Óleo sobre tela. Javier Montesol. 2020.

El cuadro “La generación perdida” lo pinté el año 2020 y tras él hay dos obras en el mismo lienzo, la primera es una versión de la familia de Carlos IV de Francisco de Goya. Entre los años 2017 y el 2018 realicé una serie de versiones de obras conocidas de pintores clásicos para una exposición en la tienda de muebles de diseño JMM en Madrid y entre ellas estaba la de Goya. Al año siguiente no contento con el resultado pinté por encima la obra “El lector”, se trataba de una escena intimista donde un personaje leía concentrado bajo la luz de una lámpara y detrás una enorme biblioteca ocupaba todo el espacio del lienzo, por aquellos días había hecho algunos apuntes sobre la obra del pintor danés Vilhelm Hammershøi pues me fascinaba la soledad y el carácter íntimo de sus interiores, la obra “El lector” pretendía reflejar aquella intimidad y calma.

Viendo con perspectiva estos dos trabajos me doy cuenta de que trasmiten la calma antes de la tormenta, la primera la de esa mirada escéptica de Goya antes del desastre de la invasión napoleónica y la segunda la paz de una sociedad burguesa antes de la primera guerra mundial, un tiempo antes del horror.

Como seguía descontento con el resultado en un formato tan grande, el lienzo mide 400x180cm y ya superada la etapa de versiones de pintores clásicos o del siglo XIX, (recordar que desde el encargo en el 2017 por parte del Museo del Prado Ediciones de la novela gráfica “Idilio” sobre Mariano Fortuny estaba trabajando en estudios, apuntes y obras sobre pintores clásicos), descontento decía, me planteé pintar otra obra encima del Lector. El cuadro se encontraba expuesto en la tienda de JMM en Cea Bermúdez y por su tamaño se necesitaba de un camión para el transporte hasta mi estudio donde podía pintarlo, pero no almacenarlo pues bloqueaba todo mi lugar de trabajo lo que suponía un problema añadido. Tenía reciente una serie de obras que había hecho en el 2018 sobre canciones de Bob Dylan para la tienda Martínez-Medina en Valencia , exposición que me supuso revisar sus letras de canciones , el ambiente del que se había rodeado en su primera época con compañeros con Allen Ginsberg y Al Kooper , y el aire de la Beat Generation en el Nueva York de los años 60 , decir que todas las obras que había pintado eran en blanco y negro , el negro y el blanco como signo de la modernidad de los 60 , de las fotos de William Klein , de la películas que veíamos en las primeras salas de Arte y Ensayo y de la vanguardia de nuestra incipiente juventud , así pues la obra tenía que ser en blanco y negro.

Aunque el título de “La generación perdida” nos remita a los jóvenes intelectuales desorientados que vagaban por el París posterior a la primera guerra mundial , desilusionados tras la violencia vivida y buscando nueva luz a través del sexo y el alcohol , el titulo también se podría aplicar a los jóvenes intelectuales españoles de los años 50 como Gil de Biedma , Carmen Laforet , José Agustín Goytisolo o Sánchez Ferlosio , como también a los hoy en día nuestros “Millennials” , niños crecidos en la esperanza de los 90 y hoy nuevos emigrantes.

En la obra “La generación perdida” se enlazan generaciones de iluminados en busca de la verdad, una utopía imposible pero que desde luego no se encuentra en la aceptación de un dogma, la curiosidad es el origen del pecado en el árbol de la ciencia, conocer es dolor y nuestro destino como seres despiertos es conocer.

Javier Montesol

Lo visual y lo vital ocupan un lugar igualmente central en la vida de Javier Ballester, Montesol (Barcelona 1952), hasta el punto de fundirse. Su deseo de entender lo que le rodea cristaliza en su pintura. Pero ¿qué es lo que rodea a Montesol? ¿Qué es lo que desea plasmar en su obra? Como tantos en la era contemporánea, Montesol ha tenido una experiencia transhumante: ha tenido varias vidas en buena medida ligadas a la experiencia de lugares diferentes. En su caso, la cuestión ha ido más allá de adaptarse sucesivamente a lenguas o tradiciones locales más o menos diferenciadas. Las distintas “vidas” de Montesol, como manifiesta su producción artística, han estado determinadas por las circunstancias históricas, culturales o sociales que han enmarcado las ciudades en las que ha repartido su existencia.

¿Dónde se puede encontrar?

Encuéntralo en la sede de la Fundación Jorge Padilla Blanco (c/Martín de Vargas 31, Madrid).